Viaje de la Casa de España en Los Angeles a la Misión de San Miguel.

por J.Zuazola

Era una mañana dominical de finales de abril en la que un alegre y nutrido grupo de socios de la Casa de España en Los Angeles se dieron cita en la sede social de la organización en el pueblo de Whittier al este de Los Angeles, para emprender juntos el camino hacia la Misión de San Miguel Arcángel. Típica fresca mañana de la primavera californiana con una ceñida bruma que llenaba el ambiente y ocultaba los primeros rayos de sol al despuntar la alborada.

Un grande y moderno autobús les esperaba para emprender el largo camino hacia el norte en busca de la Misión de San Miguel. Básicamente era seguir la ruta del histórico y pintoresco Camino Real, el que forjaran los frailes y antepasados pobladores peninsulares en el siglo XVIII y que une todas las misiones de California.

Parte el autobús en punto de las siete camino a la autopista haciendo primero una corta parada para recoger a los socios del valle de San Fernando. Cruzan la metrópoli de Los Angeles sin el típico atasco de coches, era domingo y la gran metrópoli estaba dormida, la bruma primaveral seguía dominando el crepúsculo matutino. Ya abordado los socios, se dirigen a la autopista de nuevo y continúan la senda del Camino Real por unos cuatrocientos kilómetros más.

¿Por qué San Miguel y no otra misión? La Misión de San Miguel disfrutaba de la exclusividad de ser la única de las misiones de California que, excepto por pequeñas reformas, había mantenido su estructura desde su fundación a finales del siglo XVIII sin ser restaurada, hasta que el terremoto de Paso Robles en 2003 se ocupó de que perdiera ese envidiable status. La Misión de San Miguel Arcángel, una de las 21 misiones de California, fue fundada por los frailes españoles fray Junípero Serra y Fermín Lasuen el día de Santiago Apóstol de 1796, es PATRIMONIO NACIONAL, sufrió extensos daños en el terremoto de diciembre 22 de 2003 y se encuentra en largo y costoso proceso de reconstrucción. Hasta entonces, era la única de las misiones de California que se encontraba prácticamante intacta desde la época en que fue fundada como mencionamos anteriormente. Nuestra misión en Casa de España, valga la redundancia; ayudar a recaudar fondos para su reconstrucción. El edificio, una típica iglesia colonial de tejas de barro rojo curtidas al sol con el concebido moho de la zona húmeda y la pátena del tiempo y con su adosado acogedor claustro todavía habitado por un grupo de frailes franciscanos conventuales que se ocupan de administrar y mantener la misión. La misión es la iglesia del pueblo.

El pueblo de San Miguel, de una sola calle principal, que bordea la línea del ferrocarril, y de sólo unas trescientas familias, creció alrededor de la misión y se encuentra situado a unos pocos kilómetros al norte de Paso Robles, California, en el corazón de una zona viñícola por excelencia, a la "mitad de la raya" entre Los Angeles y San Francisco.

Siguiendo el viaje, llega el autobús con nuestro contingente a la Misión donde ya un pequeño grupo de Casa de España había emprendido el camino la noche anterior para hacer las preparaciones necesarias y confeccionar la gran paella con la que Casa de España iba a contribuir para ayudar a recaudar fondos para la reconstrución de la Misión. Allí, como parte del comité de bienvenida, estaba como siempre, Fray Bill, un jovial y cortés fraile franciscano, con su eterna sonrisa recibiendo a los lejanos visitantes de Whittier.

Después de explorar lo poco que se puede ver de la misión, ya que el interior, por cuestión de seguridad, debido a las malas condiciones en que se encuentra el edificio, no pudimos visitar, pero, por lo menos sentir, disfrutar e imaginar como era en sus buenos tiempos en ese histórico pasado. El museo, muy interesante por cierto, nos dio una buena idea de la historia. Como se ve en las fotos, en un área al aire libre, parte del patio de la misión, en un precioso día con un brillante sol típico de la eterna primavera de la zona central de California, degustando de una suculenta paella, como la que bien saben preparar los miembros de Casa de España y catando los excelentes y variados vinos de la región que las casas viñícolas del área habían generosamente contribuído, pasamos una deliciosa tarde disfrutando de la actuación de algunos grupos locales que alegremente bailaron y cantaron.

Tuvimos el gran honor de tener entre nosotros disfrutando de esta tarde de primavera, al Sr. Cónsul General de España en Los Angeles, don Inocencio Arias y a su distinguida esposa, quienes donaron para la rifa una cesta con variedad de productos españoles y una valiosa cerámica almeriense.

Así, después de pasar una bella tarde, con los primeros largos y dorados rayos del atardecer californiano y con el empezar del retorno de la niebla primaveral tomamos de nuevo nuestro moderno autobús en camino al sur como las golondrinas que emprenden la larga jornada de regreso a casa disfrutando comodamente también de un par de películas españolas durante el viaje.

¡Que más podemos pedir! y sabiendo que estamos contribuyendo a una causa para mantener viva nuestra historia y tradiciones de la California española, que tantos recuerdos nos trae de la madre Patria.

Casa de España, Inc. es una institución sin lucros, fundada en California en 1938 para contribuir al realce de las costumbres y tradiciones de nuestra lengua e idiosincrasia española.
mayo 2007.